miércoles, 19 de enero de 2011

43 postales de Lima

43 distritos,
 un solo cielo.


Cielo y tierra, elementos invariablemente presentes en la percepción de cada una de nuestras realidadades. Parados en la tierra y mirando el cielo,  nos convertimos en aquella delgada, finísma separación o silencio de esos ríos infinitos, en donde cursa nuestra existencia y somos espejo de lo cotidiano, quién sabe esencial.

43 son los distritos de esta gran masa informe o ciudad, cuya subdivisión es reflejo de intereses mundanos por doquier, egolatrías y ansias de poder.

43 el número de distintas decisiones desarticuladas unas de otras que generan confrontaciones que resultan en ciudad  o en su negación.

43 fragmentos de Lima, 43 imáganes pérfidas.

La pausa que siginifca nuestra existencia, siente y entiende que las imágenes como fragmentos son reproducciones  mentales creadas para satisfacer vacíos, abismos que en nuestro interior y en una ciudad, se generan a partir de la carencia de algo; los números no existen.

Así una organización territorial tan confusa y predispuesta al retroalimento del engaño ha de combatirse con una planificación adecuada a la movilidad de los tiempos, a la velocidad de ese invento humano que carcome invariablmente nuestra verdadera estancia en la realidad.

Por ahora y mientras ocurre el cambio, nuestras certezas han de volcarse en dudas, en cuanto incentivos a la transformacion de una ciudad lo más heterogénea posible pero equilibrada, a la luz de lo más básico, el estar y contemplar.

43 Limas fragmentadas que bajo el mismo lente y con matices distintos son en realidad una sola.


43 postales de la verdadera Lima, aquella que a pesar nos venden como única, es sólo una cuando su número se ve debilitado por la repetición de verdades más reales, un cielo mismo, una tierra dura.


Karel van Oordt 



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